Publicado diciembre 2020
Publicado diciembre 2020
Sugeily:
Conocí a Jorge Díaz (Co-Director de AgitArte) en el 2005 en el Teatro Estudio Yerbabruja en Río Piedras. En ese momento estábamos celebrando la “Mixta con tod@s 6” – un maratón de performance- que organizaba Margarita Espada y Deborah Hunt. Yo ayudaba a correr con el evento y Jorge estaba participado en “ANIMAS”, una pieza de teatro de máscaras dirigido por Deborah Hunt con compañerxs de “Santurce No se Vende”, grupo compuesto por vecinxs de Santurce, artistas y trabajadorxs que en ese momento luchaban en contra de la expropiación del barrio San Mateo de Cangrejos.
Luego de este primer encuentro, Jorge y yo continuamos coincidiendo en protestas y talleres de títeres, máscaras y eventos de teatro de títeres organizados por Deborah, uno de los cuales lo es la Titeretada, nuestro festival anual de títeres, del cual hemos sido parte del comité organizador desde su inicio en el 2008 hasta el presente. Este espacio nos permitió conocer más a fondo nuestros trabajos y crecer nuestra amistad, pero no fue hasta el verano del año 2009 cuando comencé a colaborar directamente con AgitArte y Papel Machete. Jorge me convocó para dos cosas: ayudar a facilitar un taller de títeres que estaba organizando AgitArte en Villa Cañona y participar de una comparsa con la comunidad y Papel Machete durante las fiestas tradicionales de Santiago Apóstol en Loíza. El propósito era protestar contra las expresiones racistas del entonces alcalde de Loíza, quien había amenazado con suspender las fiestas por considerarlas del “diablo”, en un intento violento de blanqueamiento y aburguesamiento de un pueblo mayoritariamente negro y su cultura. Recuerdo llegar al centro comunal de Villa Cañona con mi bulto lleno de pinceles y pinturas para facilitar junto a Jorge y compas de Papel Machete un taller de títeres y máscaras para luego marchar en protesta junto a la comunidad bajo el lema “Cultura es Lucha”. Allí, entre titeres, pancartas, música, vejigantes y resistencia cultural comunitaria, comencé a andar un largo camino con AgitArte y Papel Machete.
Me integré al trabajo de Papel Machete en el 2009 y poco tiempo después fui invitada a formar parte de la Junta de Directorxs de AgitArte de cual participé por espacio de 6 años. Mi relación con Papel Machete y AgitArte han ido juntas desde el principio; son mi familia, nuestra casa-trinchera y santuario creativo; desde ella continuamos luchando por nuestra liberación y por una transformación de nuestra sociedad que asegure una vida digna y justa para todxs.
Sugeily:
La primera vez que hice teatro tenía 12 años. La obra trataba distintos problemas sociales que estábamos enfrentando en nuestras comunidades. A partir de este momento mi interés por el teatro comenzó a crecer y me anoté en una clase de teatro cuando pasé a la escuela intermedia. Durante esos años mi mamá me instó a meterme en el grupo de banda de la escuela. Aprendí (más o menos) a tocar la flauta, y me uní a la banda de marcha. En las tardes cuando terminaban las clases, hacíamos nuestras prácticas bajo el sol de las 3 de la tarde, y a veces salíamos a marchar por el pueblo, me fascinaban las formaciones. Para el mismo tiempo comencé a tomar clases de pintura con el ex prisionero político Pablo Marcano García pocos años después de su liberación. Pablo es el único maestro de pintura que he tenido y fue un ser fundamental en mi desarrollo artístico y político. Aunque estas experiencias se dieron en una etapa muy elemental de mi vida, definieron mucho de lo que hago hoy día y muchas de ellas las debo a mujeres luchadoras: a mi madre Ana Cecila, mi abuela Nereida y mi tía abuela Luz María que insistían siempre en mi desarrollo artístico y político.
Entré a estudiar en la Universidad de Puerto Rico en Cayey en el 1995, inmediatamente me uní a la organización estudiantil Café Teatro y comencé a trabajar en el departamento de Actividades Culturales de la universidad. En Café Teatro comencé haciendo las escenografías y terminé presidiendo la organización por varios años. Una de las experiencias que marcó esa etapa universitaria fue el Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano (ENTEPOLA), un festival originado en Chile por el grupo de teatro popular “ La Carreta”. En este festival conocí teatristas que a su vez eran activistas y organizadorxs provenientes de distintos países de América Latina. Aunque culminé un bachillerato en Historia, cursé todas las electivas posibles en teatro. También en esos años lideré junto a otres estudiantes la lucha por la preservación de nuestro teatro “La Casita de Histriones”, la cual fue amenazada de ser destruida para construir un edificio de ciencias naturales. Mi formación en el teatro a nivel académico la debo a mis grandes maestros Jorge Luis Torres y Rafael Fuentes. Ya en mi último año universitario decidí organizar junto a Oscar González e Ivette Cruz, “Aspaviento”, un grupo de teatro experimental de títeres y objetos.
La creación de Aspaviento coincide con la apertura del Teatro Estudio Yerbabruja. Llegué el día de la inauguración en el 2000 gracias a mi amigo y maestro Pedro Santaliz. Allí conocí a Margarita Espada y a Deborah Hunt. Inmediatamente me envolví en la vida de Yerbabruja ayudando a organizar las Mixtas, como parte de la Junta de Directorxs y compartiendo con Deborah la administración del teatro. Con Deborah inicia un nuevo ciclo en mi formación artística. Comencé a tomar sus talleres de títeres y máscaras en el 2003 y desde entonces hemos colaborado y conspirado juntas en distintos proyectos. También la posibilidad de ser parte de Papel Machete y poder colaborar con otres artistas mantienen en mí el ánimo de continuar aprendiendo y creando.
Sugeily:
Comunidad, familia y sustento, esto es para mí AgitArte y Papel Machete. Trabajar desde un continuo escenario de crisis y sobrevivencia, es en sí mismo un acto de resistencia. Siempre sigue siendo un reto crear porque hay que darse constantemente sin posibilidad de tiempo para recargar. Aún así seguimos porque sabemos que cada día traerá consigo lo necesario para sostenernos.
He visto como desde lo colectivo se logran pequeñas y grandes victorias. Casa Taller Cangrejera es una de ellas. Con mucho esfuerzo hemos logrado conseguir tener un espacio seguro y necesario para poder realizar el trabajo que hacemos y seguir apoyando directamente nuestras luchas como pueblo y el trabajo de artistas de base.
Papel Machete ha sido mi casa política, mi lugar de militancia, formación y amor. Siento que he aprendido más de mis compañerxs que lo que yo he podido ofrecer, siendo un colectivo de trabajadorxs tan diverso en habilidades. Yo no puedo imaginar ninguna lucha si no es de la mano de mis compañerxs.
He ganado lo que he aprendido. Siento que he podido contribuir colaborando con la dirección de Papel Machete, como actriz, titiritera, música y artista visual, desarrollando y facilitando talleres y programas, pero sobre ayudando a mantener latiendo el corazón de esta colectiva que somos todxs lxs que integramos Papel Machete/AgitArte, con el mismo amor, la misma entrega y cuidado con el que construimos y manipulamos nuestros títeres en la calle. Siento que soy un pedacito de ese engranaje, y justo ahí, en ese ir, estamos.
Foto por Gabriella N. Baez/REUTERS
Sugeily:
Esta pregunta trae de inmediato a mi mente el recuerdo de mi abuelo. Él era un gran cuentista. Me contaba cada memoria de su pasado de tal forma que parecía estarlo viviendo en el momento. Yo lo escuchaba atenta, dibujaba en mi mente cada imagen que iba construyendo con sus palabras. Sus memorias pasaron a ser mías también, comencé a convivir con ellas y las de mis ancestrxs. A nivel colectivo pasa lo mismo; consumimos historias, las hacemos propias, las pasamos de generación en generación y muchas de ellas terminan por definirnos. Por esto, dependiendo de quién cuenta y cómo se nos cuenta, puede ser un arma de doble filo; mucho de lo que consideramos como parte de nuestra memoria colectiva ha sido tergiversada para perpetuar narrativas coloniales.
Parte de mi trabajo creativo con Papel Machete ha sido precisamente rescatar las historias que han sido invisibilizadas por los gobiernos coloniales como parte de un mecanismo represivo. En ese sentido, el rescate de esas memorias es un acto de resistencia y transformación colectiva.
Cuando entré a formar parte de Papel Machete, una de las cosas que propuse fue trabajar una pieza sobre mujeres con las compañeras del grupo. Recuerdo que en aquel tiempo Jorge me había compartido el libro “Crónica de un encubrimiento: Albizu Campos y el caso Rhoads” de Pedro Aponte Vázquez. Él tenía la idea de realizar una obra basada en esa historia. Con el tiempo esa idea fue madurando. Decidimos que la historia de Rhoads no sería la única; haríamos varias piezas cortas para exponer distintos momentos de nuestra historia en que el gobierno de los Estados Unidos experimentó con lxs puertorriqueñxs con el propósito de controlar la población. Pensé que era un buen momento para retomar la propuesta de hacer una pieza con las compañeras de Papel Machete. Decidimos rescatar la historia de la esterilización masiva de mujeres que se dio en Puerto Rico como parte de un programa de eugenesia impuesto por el gobierno de EU. Lo que comenzó en el 2011 como proceso creativo culminó en lo que fue los “Episodios del Genocidio Boricua y otros Relatos Deshumanizantes”. Esta experiencia definitivamente redefinió mi rol en Papel Machete, siendo esta la primera obra que co-dirigí con Jorge Díaz. En el proceso asumí mucho del desarrollo y facilitación de los talleres para la corilla, y lideré gran parte de la producción.
Llevo este proceso muy cerca de mi corazón, sobre todo el episodio de “La Operación”, porque nos dimos el espacio para hablar y profundizar en nuestras experiencias como mujeres en lucha continua contra la violencia machista y patriarcal. La base para el proceso creativo estaba fundamentado en el documental “La Operación” de Ana María García, pero también se nutrió de nuestras historias personales y las historias de nuestras madres y abuelas. Tanto así que los personajes que representamos llevaban el nombre de nuestras madres. Con esta pieza reafirmamos que estamos hechas de esos fragmentos vivos de memorias y con ellas presentes seguir luchando contra la imposición de la hegemonía colonial.
Sugeily:
Llegué a Papel Machete en el 2009 cuando tenían solo una pequeña habitación de taller y parte del balcón en la casa de la Martín Travieso esquina Rosario en Santurce. El trabajo fue creciendo y con esto la necesidad de más espacio. En el 2014 Jorge me da la noticia que AgitArte iba a alquilar toda la casa, e inmediatamente comenzamos a dar forma a todas las ideas y proyectos que por años habíamos imaginado que queríamos hacer si tuviéramos una casa taller: un espacio comunitario de educación popular y resistencia cultural. Esto marcó el inicio de una nueva fase para el trabajo creativo de Papel Machete pero sobre todo para establecer más proyectos y trabajos de organización cultural de AgitArte en Puerto Rico.
Decidimos llamar al espacio Casa Taller Cangrejera (CTC). Mis primeros dos años como coordinadora de CTC fueron a modo de trabajo voluntario e intercambio por vivienda. Ese primer año comenzamos con establecer un programa de residencias artísticas y una huerta comunitaria. Fui una de las primeras artistas en hacer residencia en el espacio junto a mi hija Valentina, lo que me permitió conectar aún más con la comunidad con la que estábamos trabajando y diseñar programas que realmente sirvieran para reforzar proyectos preexistentes y hacer crecer nuestra base.
Son muchos los proyectos que hemos encaminado desde entonces -todos para mí importantes- pero si tuviera que destacar alguno sería nuestro proyecto de Apoyo Mutuo y Solidaridad Cultural, que comenzó justo después del paso de los huracanes Irma y María, y que continúa en el presente. Nuestra CTC se convirtió en un importante punto de encuentro de organización comunitaria. Hemos podido emplear estrategias para dar apoyo directo a comunidades, artistas y organizadorxs que están haciendo trabajo de base, y para amplificar nuestras luchas mediante trabajo de artes visuales, teatro y medios.
También me entusiasman mucho los talleres de formación agroecológica en nuestra Huerta con estudiantes y maestras de nuestra comunidad. Esta relación comenzó cuando una de las maestras cercanas a nuestro proyecto vio la cantastoria de Papel Machete “Solidaridad y Sobrevivencia para Nuestra Liberación”. Está cantastoria la creamos justo después del paso del huracán María en denuncia al mal manejo del desastre por parte del gobierno estatal y federal, y para informar de los esfuerzos de solidaridad comunitaria para sobrevivir ese momento. La maestra pensó que era necesario compartir este mensaje con estudiantes y compañerxs de su escuela. Al año siguiente la maestra pasa a trabajar a la escuela Julián Blanco, ubicada más cercana al taller, lo que nos permitió crecer nuestra relación con esa comunidad escolar. Le comuniqué a nuestra compañera encargada de la Huerta, Pluma Bárbara, la intención de realizar un proyecto con las estudiantes y maestras de la escuela mediante talleres de agroecología y soberanía alimentaria. Pluma comenzó entonces a diseñar los talleres, y ya para el semestre siguiente teníamos a las estudiantes en nuestro espacio.
Iniciamos el 2020 listas para un nuevo semestre con talleres dentro de la escuela para incluir nuevas estudiantes, conocer más maestrxs y trabajar más de cerca con ellas; pero debido a los terremotos al inicio de este año y la actual situación del COVID-19 tuvimos que pausar. A lo largo de estos meses, hemos podido hacer frente a esta nueva crisis, re inventando maneras de poder continuar apoyándonos mutuamente. Creo en la posibilidad de retomar nuestros trabajos con nuestra comunidad aún dentro de la adversidad y las limitaciones que impone la situación actual. Ahora más que nunca, nos reafirmamos en nuestra labor solidaria con la esperanza de que estos cambios arranquen de raíz lo que no funciona y nos deje suelo fértil para germinar un presente que nos permita sanar y continuar creciendo.
Sugeily:
Cada vez estoy más convencida de que lo que hago con AgitArte es un trabajo que se sustenta en el amor y la persistencia. Es ese amor y el deseo de ver en esta vida materializada nuestra liberación, lo que me mantiene yendo hacia lo próximo. Ahora mismo celebramos en comunidad que hemos podido lograr adquirir una nueva Casa Taller Cangrejera, un hogar permanente desde donde continuar creciendo. Este es un espacio de libertad que hemos luchado y ganado, y desde donde vamos a lograr obtener muchas otras libertades. Me emociona continuar imaginando y creando con mis compañerxs de Papel Machete y AgitArte. Lo próximo siempre será seguir abriendo caminos junto a ellxs en el inicio de este nuevo ciclo, con casa nueva y como co-directora de AgitArte junto a Jorge Díaz, compañero de lucha y vida. Si algo he aprendido es que todo lo que imaginamos, existe, por lo tanto la libertad de todas maneras vendrá. Por esto seguimos, ¡y qué dicha poder ir junto a ustedes!
Sugeily:
Conocí a Jorge Díaz (Co-Director de AgitArte) en el 2005 en el Teatro Estudio Yerbabruja en Río Piedras. En ese momento estábamos celebrando la “Mixta con tod@s 6” – un maratón de performance- que organizaba Margarita Espada y Deborah Hunt. Yo ayudaba a correr con el evento y Jorge estaba participado en “ANIMAS”, una pieza de teatro de máscaras dirigido por Deborah Hunt con compañerxs de “Santurce No se Vende”, grupo compuesto por vecinxs de Santurce, artistas y trabajadorxs que en ese momento luchaban en contra de la expropiación del barrio San Mateo de Cangrejos.
Luego de este primer encuentro, Jorge y yo continuamos coincidiendo en protestas y talleres de títeres, máscaras y eventos de teatro de títeres organizados por Deborah, uno de los cuales lo es la Titeretada, nuestro festival anual de títeres, del cual hemos sido parte del comité organizador desde su inicio en el 2008 hasta el presente. Este espacio nos permitió conocer más a fondo nuestros trabajos y crecer nuestra amistad, pero no fue hasta el verano del año 2009 cuando comencé a colaborar directamente con AgitArte y Papel Machete. Jorge me convocó para dos cosas: ayudar a facilitar un taller de títeres que estaba organizando AgitArte en Villa Cañona y participar de una comparsa con la comunidad y Papel Machete durante las fiestas tradicionales de Santiago Apóstol en Loíza. El propósito era protestar contra las expresiones racistas del entonces alcalde de Loíza, quien había amenazado con suspender las fiestas por considerarlas del “diablo”, en un intento violento de blanqueamiento y aburguesamiento de un pueblo mayoritariamente negro y su cultura. Recuerdo llegar al centro comunal de Villa Cañona con mi bulto lleno de pinceles y pinturas para facilitar junto a Jorge y compas de Papel Machete un taller de títeres y máscaras para luego marchar en protesta junto a la comunidad bajo el lema “Cultura es Lucha”. Allí, entre titeres, pancartas, música, vejigantes y resistencia cultural comunitaria, comencé a andar un largo camino con AgitArte y Papel Machete.
Me integré al trabajo de Papel Machete en el 2009 y poco tiempo después fui invitada a formar parte de la Junta de Directorxs de AgitArte de cual participé por espacio de 6 años. Mi relación con Papel Machete y AgitArte han ido juntas desde el principio; son mi familia, nuestra casa-trinchera y santuario creativo; desde ella continuamos luchando por nuestra liberación y por una transformación de nuestra sociedad que asegure una vida digna y justa para todxs.
Sugeily:
La primera vez que hice teatro tenía 12 años. La obra trataba distintos problemas sociales que estábamos enfrentando en nuestras comunidades. A partir de este momento mi interés por el teatro comenzó a crecer y me anoté en una clase de teatro cuando pasé a la escuela intermedia. Durante esos años mi mamá me instó a meterme en el grupo de banda de la escuela. Aprendí (más o menos) a tocar la flauta, y me uní a la banda de marcha. En las tardes cuando terminaban las clases, hacíamos nuestras prácticas bajo el sol de las 3 de la tarde, y a veces salíamos a marchar por el pueblo, me fascinaban las formaciones. Para el mismo tiempo comencé a tomar clases de pintura con el ex prisionero político Pablo Marcano García pocos años después de su liberación. Pablo es el único maestro de pintura que he tenido y fue un ser fundamental en mi desarrollo artístico y político. Aunque estas experiencias se dieron en una etapa muy elemental de mi vida, definieron mucho de lo que hago hoy día y muchas de ellas las debo a mujeres luchadoras: a mi madre Ana Cecila, mi abuela Nereida y mi tía abuela Luz María que insistían siempre en mi desarrollo artístico y político.
Entré a estudiar en la Universidad de Puerto Rico en Cayey en el 1995, inmediatamente me uní a la organización estudiantil Café Teatro y comencé a trabajar en el departamento de Actividades Culturales de la universidad. En Café Teatro comencé haciendo las escenografías y terminé presidiendo la organización por varios años. Una de las experiencias que marcó esa etapa universitaria fue el Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano (ENTEPOLA), un festival originado en Chile por el grupo de teatro popular “ La Carreta”. En este festival conocí teatristas que a su vez eran activistas y organizadorxs provenientes de distintos países de América Latina. Aunque culminé un bachillerato en Historia, cursé todas las electivas posibles en teatro. También en esos años lideré junto a otres estudiantes la lucha por la preservación de nuestro teatro “La Casita de Histriones”, la cual fue amenazada de ser destruida para construir un edificio de ciencias naturales. Mi formación en el teatro a nivel académico la debo a mis grandes maestros Jorge Luis Torres y Rafael Fuentes. Ya en mi último año universitario decidí organizar junto a Oscar González e Ivette Cruz, “Aspaviento”, un grupo de teatro experimental de títeres y objetos.
La creación de Aspaviento coincide con la apertura del Teatro Estudio Yerbabruja. Llegué el día de la inauguración en el 2000 gracias a mi amigo y maestro Pedro Santaliz. Allí conocí a Margarita Espada y a Deborah Hunt. Inmediatamente me envolví en la vida de Yerbabruja ayudando a organizar las Mixtas, como parte de la Junta de Directorxs y compartiendo con Deborah la administración del teatro. Con Deborah inicia un nuevo ciclo en mi formación artística. Comencé a tomar sus talleres de títeres y máscaras en el 2003 y desde entonces hemos colaborado y conspirado juntas en distintos proyectos. También la posibilidad de ser parte de Papel Machete y poder colaborar con otres artistas mantienen en mí el ánimo de continuar aprendiendo y creando.
Sugeily:
Comunidad, familia y sustento, esto es para mí AgitArte y Papel Machete. Trabajar desde un continuo escenario de crisis y sobrevivencia, es en sí mismo un acto de resistencia. Siempre sigue siendo un reto crear porque hay que darse constantemente sin posibilidad de tiempo para recargar. Aún así seguimos porque sabemos que cada día traerá consigo lo necesario para sostenernos.
He visto como desde lo colectivo se logran pequeñas y grandes victorias. Casa Taller Cangrejera es una de ellas. Con mucho esfuerzo hemos logrado conseguir tener un espacio seguro y necesario para poder realizar el trabajo que hacemos y seguir apoyando directamente nuestras luchas como pueblo y el trabajo de artistas de base.
Papel Machete ha sido mi casa política, mi lugar de militancia, formación y amor. Siento que he aprendido más de mis compañerxs que lo que yo he podido ofrecer, siendo un colectivo de trabajadorxs tan diverso en habilidades. Yo no puedo imaginar ninguna lucha si no es de la mano de mis compañerxs.
He ganado lo que he aprendido. Siento que he podido contribuir colaborando con la dirección de Papel Machete, como actriz, titiritera, música y artista visual, desarrollando y facilitando talleres y programas, pero sobre ayudando a mantener latiendo el corazón de esta colectiva que somos todxs lxs que integramos Papel Machete/AgitArte, con el mismo amor, la misma entrega y cuidado con el que construimos y manipulamos nuestros títeres en la calle. Siento que soy un pedacito de ese engranaje, y justo ahí, en ese ir, estamos.
Sugeily:
Esta pregunta trae de inmediato a mi mente el recuerdo de mi abuelo. Él era un gran cuentista. Me contaba cada memoria de su pasado de tal forma que parecía estarlo viviendo en el momento. Yo lo escuchaba atenta, dibujaba en mi mente cada imagen que iba construyendo con sus palabras. Sus memorias pasaron a ser mías también, comencé a convivir con ellas y las de mis ancestrxs. A nivel colectivo pasa lo mismo; consumimos historias, las hacemos propias, las pasamos de generación en generación y muchas de ellas terminan por definirnos. Por esto, dependiendo de quién cuenta y cómo se nos cuenta, puede ser un arma de doble filo; mucho de lo que consideramos como parte de nuestra memoria colectiva ha sido tergiversada para perpetuar narrativas coloniales.
Parte de mi trabajo creativo con Papel Machete ha sido precisamente rescatar las historias que han sido invisibilizadas por los gobiernos coloniales como parte de un mecanismo represivo. En ese sentido, el rescate de esas memorias es un acto de resistencia y transformación colectiva.
Cuando entré a formar parte de Papel Machete, una de las cosas que propuse fue trabajar una pieza sobre mujeres con las compañeras del grupo. Recuerdo que en aquel tiempo Jorge me había compartido el libro “Crónica de un encubrimiento: Albizu Campos y el caso Rhoads” de Pedro Aponte Vázquez. Él tenía la idea de realizar una obra basada en esa historia. Con el tiempo esa idea fue madurando. Decidimos que la historia de Rhoads no sería la única; haríamos varias piezas cortas para exponer distintos momentos de nuestra historia en que el gobierno de los Estados Unidos experimentó con lxs puertorriqueñxs con el propósito de controlar la población. Pensé que era un buen momento para retomar la propuesta de hacer una pieza con las compañeras de Papel Machete. Decidimos rescatar la historia de la esterilización masiva de mujeres que se dio en Puerto Rico como parte de un programa de eugenesia impuesto por el gobierno de EU. Lo que comenzó en el 2011 como proceso creativo culminó en lo que fue los “Episodios del Genocidio Boricua y otros Relatos Deshumanizantes”. Esta experiencia definitivamente redefinió mi rol en Papel Machete, siendo esta la primera obra que co-dirigí con Jorge Díaz. En el proceso asumí mucho del desarrollo y facilitación de los talleres para la corilla, y lideré gran parte de la producción.
Llevo este proceso muy cerca de mi corazón, sobre todo el episodio de “La Operación”, porque nos dimos el espacio para hablar y profundizar en nuestras experiencias como mujeres en lucha continua contra la violencia machista y patriarcal. La base para el proceso creativo estaba fundamentado en el documental “La Operación” de Ana María García, pero también se nutrió de nuestras historias personales y las historias de nuestras madres y abuelas. Tanto así que los personajes que representamos llevaban el nombre de nuestras madres. Con esta pieza reafirmamos que estamos hechas de esos fragmentos vivos de memorias y con ellas presentes seguir luchando contra la imposición de la hegemonía colonial.
Foto por Gabriella N. Baez/REUTERS
Sugeily:
Llegué a Papel Machete en el 2009 cuando tenían solo una pequeña habitación de taller y parte del balcón en la casa de la Martín Travieso esquina Rosario en Santurce. El trabajo fue creciendo y con esto la necesidad de más espacio. En el 2014 Jorge me da la noticia que AgitArte iba a alquilar toda la casa, e inmediatamente comenzamos a dar forma a todas las ideas y proyectos que por años habíamos imaginado que queríamos hacer si tuviéramos una casa taller: un espacio comunitario de educación popular y resistencia cultural. Esto marcó el inicio de una nueva fase para el trabajo creativo de Papel Machete pero sobre todo para establecer más proyectos y trabajos de organización cultural de AgitArte en Puerto Rico.
Decidimos llamar al espacio Casa Taller Cangrejera (CTC). Mis primeros dos años como coordinadora de CTC fueron a modo de trabajo voluntario e intercambio por vivienda. Ese primer año comenzamos con establecer un programa de residencias artísticas y una huerta comunitaria. Fui una de las primeras artistas en hacer residencia en el espacio junto a mi hija Valentina, lo que me permitió conectar aún más con la comunidad con la que estábamos trabajando y diseñar programas que realmente sirvieran para reforzar proyectos preexistentes y hacer crecer nuestra base.
Son muchos los proyectos que hemos encaminado desde entonces -todos para mí importantes- pero si tuviera que destacar alguno sería nuestro proyecto de Apoyo Mutuo y Solidaridad Cultural, que comenzó justo después del paso de los huracanes Irma y María, y que continúa en el presente. Nuestra CTC se convirtió en un importante punto de encuentro de organización comunitaria. Hemos podido emplear estrategias para dar apoyo directo a comunidades, artistas y organizadorxs que están haciendo trabajo de base, y para amplificar nuestras luchas mediante trabajo de artes visuales, teatro y medios.
También me entusiasman mucho los talleres de formación agroecológica en nuestra Huerta con estudiantes y maestras de nuestra comunidad. Esta relación comenzó cuando una de las maestras cercanas a nuestro proyecto vio la cantastoria de Papel Machete “Solidaridad y Sobrevivencia para Nuestra Liberación”. Está cantastoria la creamos justo después del paso del huracán María en denuncia al mal manejo del desastre por parte del gobierno estatal y federal, y para informar de los esfuerzos de solidaridad comunitaria para sobrevivir ese momento. La maestra pensó que era necesario compartir este mensaje con estudiantes y compañerxs de su escuela. Al año siguiente la maestra pasa a trabajar a la escuela Julián Blanco, ubicada más cercana al taller, lo que nos permitió crecer nuestra relación con esa comunidad escolar. Le comuniqué a nuestra compañera encargada de la Huerta, Pluma Bárbara, la intención de realizar un proyecto con las estudiantes y maestras de la escuela mediante talleres de agroecología y soberanía alimentaria. Pluma comenzó entonces a diseñar los talleres, y ya para el semestre siguiente teníamos a las estudiantes en nuestro espacio.
Iniciamos el 2020 listas para un nuevo semestre con talleres dentro de la escuela para incluir nuevas estudiantes, conocer más maestrxs y trabajar más de cerca con ellas; pero debido a los terremotos al inicio de este año y la actual situación del COVID-19 tuvimos que pausar. A lo largo de estos meses, hemos podido hacer frente a esta nueva crisis, re inventando maneras de poder continuar apoyándonos mutuamente. Creo en la posibilidad de retomar nuestros trabajos con nuestra comunidad aún dentro de la adversidad y las limitaciones que impone la situación actual. Ahora más que nunca, nos reafirmamos en nuestra labor solidaria con la esperanza de que estos cambios arranquen de raíz lo que no funciona y nos deje suelo fértil para germinar un presente que nos permita sanar y continuar creciendo.
Sugeily con su hija, Valentina frente al monumento de Ramón Emeterio Betances
Sugeily:
Cada vez estoy más convencida de que lo que hago con AgitArte es un trabajo que se sustenta en el amor y la persistencia. Es ese amor y el deseo de ver en esta vida materializada nuestra liberación, lo que me mantiene yendo hacia lo próximo. Ahora mismo celebramos en comunidad que hemos podido lograr adquirir una nueva Casa Taller Cangrejera, un hogar permanente desde donde continuar creciendo. Este es un espacio de libertad que hemos luchado y ganado, y desde donde vamos a lograr obtener muchas otras libertades. Me emociona continuar imaginando y creando con mis compañerxs de Papel Machete y AgitArte. Lo próximo siempre será seguir abriendo caminos junto a ellxs en el inicio de este nuevo ciclo, con casa nueva y como co-directora de AgitArte junto a Jorge Díaz, compañero de lucha y vida. Si algo he aprendido es que todo lo que imaginamos, existe, por lo tanto la libertad de todas maneras vendrá. Por esto seguimos, ¡y qué dicha poder ir junto a ustedes!
– José Jorge Díaz, Co-Director
Sugeily’s Artist Instagram | @sugeilyrodriguez.lebron
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